X-37B, El nuevo juguete espia de la USAF

Trasparencia y cooperación internacional abierta. Son los principios básicos que supuestamente adopta el ejército de EE.UU., para proteger los satélites espaciales y el cosmos o al menos esto es lo que se publico no hace mucho en uno de sus expedientes relativos al espacio. Existe, pero un pequeño problema. Se trata de uno de los últimos proyecto a gran escala del USAF – (ejercito de aire), que opera en total contradicción de estas nobles ideas. El culpable de esto es la nueva Nave Espacial X-37-B. Que convierte EE.UU. en todo, menos un país transparente y abierto para cooperar y esto que no se trata de una misión secreta propiamente dicha. Las fuerzas aéreas de los Estados Unidos lanzaron el Boeing de nueve metros X-37-B en abril de este mismo año y tras los primeros 6 meses de los nueve previstos en pruebas, el X-37-B periódicamente cambia de orbita y confunde los observadores de los satélites. La nave es similar al transbordador espacial que ya esta fuera de uso, pero es mucho mas pequeña que el y es completamente robotizada. Cuenta con una bodega de carga que puede usarse practicamente para cualquier cosa. Desde transportar censores o satélites, hasta colocar munición y armamento- según cuenta el consultor aeroespacial y de seguridad nacional en Washington DC. Eric R. Sterner. La flexibilidad del X-37 o su posible multiuso- que es su nombre técnico- resulta ser preocupante para algunos países. La base de estas preocupaciones radican en el hecho de que EE.UU. no da ninguna explicación de lo que esta haciendo exactamente el X-37 en el espacio ahora, ni tampoco aclara su posible futuro uso. Las principales sospechas son que la nave puede ser utilizada para espionaje o robo de la información de satélites propiedad de otros países mediante el equipo sofisticado que lleva adaptado en su compartimiento de carga. Tras finalizar las pruebas a los que esta sometida la nave, esta previsto ampliar este compartimento para poder albergar hasta 6 astronautas lo que aumenta estas sospechas. La nave orbital, que es lanzada al espacio mediante un cohete, es capaz de aterrizar de la misma manera que un avión comercial y se calcula que con el motor apropiado tendría casi las mismas posibilidades de elevación que el transbordador espacial.